En la ciudad de Cornelia, donde se alza orgulloso un hermoso castillo, Reynn y Lann ven por vez primera una población grymoiriana. En este pueblo, la princesa Sara y el Guerrero de la Luz luchan juntos por defender a su pueblo.

Los débiles rayos del sol iluminan tímidamente la gélida ciudad portuaria al norte de Cornelia. El animado ajetreo de sus calles casi consigue hacer olvidar la miseria que se vive en la barriada a orillas del mar.

SeeD, el grupo mercenario al que pertenecen Quistis y Squall, utiliza este jardín como cuartel general. Más allá de su apariencia normal se esconde una fortaleza voladora.

Un sinfín de estanterías repletas de libros conforman las paredes de esta ciudad. No es de extrañar, pues, que un bibliófilo confeso como Cid haga de esta aldea su hogar.

Una pequeña aldea costera bañada por el sol y las templadas aguas del mar. La calidez de los habitantes y el agradable tiempo hacen las delicias del visitante, aunque es mejor evitar la extraña casa en el centro del pueblo.

Este castillo móvil tiene la habilidad de emerger de las arenas del desierto y de navegar a través de este. Los mercaderes nómadas del desierto, que viajan en caravanas, suelen hacer negocios con este reino.

Las turbulentas aguas de Grymoire están salpicadas por puntiagudas rocas y bañan costas donde surge el arcoíris. Quien tiene suerte puede terminar a lomos de un adamantaimai.